PEDRO MORENO, ACTOR CUBANO  

DOLOR, SEXO Y FALSOS MITOS:              

EL "PENE DEMASIADO GRANDE" NO EXISTE           

     El Español

"En una ocasión, salí a cenar con mi futuro exmarido y algunas personas que nunca había visto antes. Cuando se presentó la oportunidad, una mujer a mi lado se giró cuando estaba a punto de meterme un bocado de pasta en la boca y espetó: No podemos tener relaciones sexuales. Su pene es demasiado grande. Fue uno de esos momentos, como en las películas, en los que un disco de vinilo chirría y se congela la imagen".

 

Quien relata esta incómoda anécdota es Jen Gunter, ginecobstetra y columnista de The New York Times. La especialista está acostumbrada a responder de forma oficiosa las preguntas de otras mujeres, especialmente en lo referente a problemas durante el coito, aunque, según admite, no suelen presentarse a traición como en este caso. Repuesta de la sorpresa, su ojo clínico arrojó un primer diagnóstico: "La vagina se ha adaptado con precisión durante cientos de miles de años de evolución para estirarse. Casi podía asegurar que ese hombre no estaba siendo desaprovechado para la industria pornográfica".

 

"¿Sientes como si chocase contra una pared?" - preguntó entonces Gunter a la mujer. Su mirada le reveló que había dado en el clavo. La mujer padecía dispaeurenia, la manifestación de dolor durante el sexo, mucho más frecuente en ellas que en los varones. Un posible motivo es el vaginosis, que inflama las paredes de la vagina, contrae los músculos (vaginitis) y provoca malestar ya no solo durante el coito, sino incluso al usar tampones. No es una incidencia rara: puede producirla una infección bacteriana, un hongo (la candidiasis) o incluso una alteración de los valores hormonales.

 

"Esta mujer había informado a sus médicos de que padecía dolor durante el sexo. Nunca le habían ofrecido un tratamiento, tampoco un diagnóstico" - valora la especialista, para pasar a criticar duramente la cultura del porno online y la idea distorsionada que traslada sobre el tamaño del miembro viril. "La mejor medicina moderna la ha abandonado con su mitología de Internet. Y ni siquiera se trata de una mitología vaginal, ¡sino de una mitología del pene! Esto me enfurece".

 

Factores físicos y psicológicos

La brecha de género existe también en la investigación sobre salud sexual, denuncia Gunter en su artículo: la base de datos médica PubMed aloja 3694 documentos de investigación sobre la dispareunia, por 19.796 dedicados a la disfunción eréctil. El desconocimiento sobre la enfermedad puede llevar a malos diagnósticos, si es que los hay, según explica. Y es que el dolor puede tener una base física, como el espasmo muscular descrito anteriormente. Pero no es el único motivo posible.

 

Una neuralgia, problemas dermatológicos, enfermedades como la temida endometriosis o las secuelas tanto de partos con trauma como de haber superado un cáncer de cualquier tipo pueden contribuir al dolor durante el sexo. También el factor hormonal ya mencionado, como los bajos niveles de estrógenos, motivo por el cual la dispaeurenia puede afectar hasta a un 45% de las mujeres menopáusicas. Pero también influye la experiencia de la mujer con la sexualidad. Si se encuentra incómoda o ha sufrido dolor en relaciones previas, es posible que la contracción ocurra por motivos psicológicos.

 

"Existen factores psicológicos, pero eso no significa que el dolor solo está en tu mente. Jamás". - aclara Gunter. Descartados los elementos patológicos, la dispaeurenia puede aliviarse con la estimulación sexual previa a la penetración. Puede suceder que la vagina tampoco produzca naturalmente la lubricación suficiente como para asegurar la comodidad durante el coito y se requieran productos especializados. Lo cual, subraya la ginecóloga, tampoco tiene nada que ver con que la mujer esté lo suficientemente excitada o no, un mito misógino más. Lo principal, concluye, es la comunicación, tanto con la pareja como con el médico.

 

"Aunque no logremos aliviar del todo el dolor, muchas mujeres se sienten comprendidas por el mero hecho de tener el diagnóstico correcto. Muchas me han dicho que sentir que las toman en serio es ya de por sí una gran ayuda. Y, a veces, es increíblemente gratificante de tratar. Es el único problema médico para el que las pacientes acuden a las consultas de seguimiento con una sonrisa de oreja a oreja. ¡No podía imaginar que una podía llegar a sentirse tan bien!"

 

¿Y para los gays el tamaño que tanto importa?

La importancia de un pene grande supera, en muchos casos, a la persinalidad en el mundo gay.

 

En el mundo actual ser homosexual es todo un reto, ya que el hombre gay, se enfrenta día con día a los 20 mil clichés, estereotipos, prejuicios y complejos que, en torno a la homosexualidad se han generado desde tiempos inmemoriales. No obstante a lo anterior, muchos homosexuales se enfrentan, además, al rechazo de otros homosexuales, quienes toman otros estereotipos, para discriminar a sus iguales: gordo, joto, pasiva o pito chico.

 

Pito chico en mayúsculas y negritas porque, en una sociedad falocéntrica y machista, si hay una cosa “peor” que ser gay, es ser gay, y además tener un pene pequeño, ya que ello conlleva una serie de desventajas creadas a partir de la crianza, tradicionalmente machista, con la que la mayoría de los homosexuales son criados desde su infancia (después de todo un gay es un hombre al final de cuentas), en la cual el tamaño del pene, simboliza poder y capacidad de dominio.

 

Mintiendo acerca de tu “talla” en los sitios de encuentros

Dado lo anterior, los homosexuales con el pene pequeño, al interactuar en redes sociales o de encuentros sexuales , tienden a mentir acerca de sus dimensiones, a fin de garantizar que sus perfiles sean, por lo menos, vistos por el resto de los usuarios, quienes, independientemente del roll sexual que desempeñen, en su mayoría obedecen al dicho que reza “the bigger the better”.

 

Al respecto, todos hemos leído o escuchado historias acerca de personas que cayeron en la trampa de un perfil falso que prometía “grandes dimensiones” y que al momento de los desnudos, demostró que el sistema métrico del bien dotado, pertenecía a otra galaxia, ya que sus 18 cm marcianos, apenas equivalían a 12 de los centímetros de la tierra, por lo que fueron dejados, desvestidos y alborotados, por un furibundo grindero o manhutero engañado.

 

Los pito chicos son pasivos  (¿o deberían serlo?)

Por otro lado, muchos hombres con un “tiny weenie” involucrados en una relación homosexual deberán aceptar, por lo menos en el inicio, la adopción de la posición pasiva, asociada tradicionalmente, con el roll femenino, dado que, para muchos homosexuales, la regla de oro es: sólo me penetrará alguien con un pene más grande que el mío.

 

Así mismo, y como si de trofeos se tratará, muchos hombres gay, prefieren escoger como parejas sexuales, a hombres con penes que, de preferencia, sobrepasen la media por lo que aquellos con un miembro de tamaño inferior, verán reducidas sus posibilidades de ser elegidos como pareja sexual.

 

No todo es cuerpo (por lo menos en las relaciones de largo plazo)

Lamentablemente lo anterior indica que, a pesar del discurso de inclusión y tolerancia, una amplia parte de la población homosexual practica de manera activa la discriminación, no únicamente por motivos de raza y posición económica, sino también por cuestiones de “tallas”. Además muestra la forma en que muchos gays cosifican a sus posibles parejas, así como, que el culto fálico continúa siendo una constante masculina (sin importar la orientación sexual), hasta nuestros días.

 

Lo más importante no es el tamaño, lo importante es saber usarlo. Aunque ciertamente hay hombres gays que prefieren (por gusto) los penes grandes, lo cierto es que el tamaño deja de ser importante en la relación de pareja (si hay amor verdadero), y si el poseedor del pene promedio o pequeño, tiene buenos dotes en el meneo durante el acto sexual.

 

Finalmente, considero que una de las causas detrás lo anterior, es el hecho de que muchos homosexuales, únicamente aspiran a sostener relaciones cortas o de una sola noche, por lo que no resulta tan relevante la personalidad o rasgos intelectuales de la posible pareja, sino únicamente su físico ya que, ¿qué importa lo que piense o tenga que decir, alguien que sólo compartirá unas horas o días a nuestro lado?

 

 ¿Qué importancia le otorgas tú, al tamaño del pene de tu posible pareja?

PACO LEON, ACTOR ESPAÑOL - YO CREO ES CUBANO

Fuente: El Español