Me llamo Ursula Hilaria Celia Caridad Cruz Alfonso. Soy hija de Catalina Alfonso, a quien todos le decían 'Ollita' y de Simón Cruz. Nací en La Habana, Cuba, en la sección mas pobre de un barrio de clase media y trabajadora donde vivían personas de todas las razas y colores. Ese barrio se llamaba Santos Usares, y la casita donde nací y me críe estaba situada en la Calle Serrano, no. 47. Como ha habido tantos cambios horrorosos en Cuba -y desde que salí nunca mas he vuelto, no se si todavía esa casita existe como la recuerdo"Celia Cruz.
La historia de la vida de Celia Cruz es tan única como su talento impresionante. Nacida en Cuba un 21 de octubre 1924, Cruz se creció en un barrio pobre de La Habana.
Conocida como "la Reina de la Salsa", "la Guarachera de Cuba",comenzo a participar en concursos de aficionados desde los catorce años.
Se pudiera decir que Celia Cruz comenzó su carrera artística en La Habana, luego de haber ganado un concurso de talentos conocido como "La hora del té".
Celia se preparó para ser profesora de literatura, estudió en el Conservatorio Nacional de Música de La Habana con una concentración en voz, piano y teoría musical. Aunque su padre le animó a hacerse maestra, el desarrollo de su carrera música fue inevitable por su habilidad natural tanto como por la pasión casi innata que tenía para la música.
Al comienzo de su carrera trabajó en la radio cubana. Tambien cantó en el club nocturno Tropicana. En 1950, se juntó con el grupo La Sonora Matancera como cantante principal. Desde allí, empezó su llegada a la fama. Su voz poderosa junto con el estilo único del conjunto les ganó popularidad en Cuba y en el mundo exterior.
Y junto con ese grupo abandonó la Cuba revolucionaria de Fidel Castro en julio de 1960 para radicarse primero en Mexico y un poco más tarde en Estados Unidos.
Celia Cruz fue sin duda la cantante cubana más conocida y mejor pagada de todos los tiempos en el genero musical de salsa, con veintidós álbumes de oro a su nombre.
Celia ha sido conocida en el mundo entero por la calidad como cantante y por su famosa frase "¡Azúcar!", símbolo de su filosofía ante la vida y de su orgullo de ser cubana.
Desde su exilio, no dejó de ayudar a su familia y tampoco dejó de condenar continuamente el gobierno cubano, que le impidió la entrada a la isla para asistir al funeral de su madre.
En 1961 se hizo ciudadana estadounidense y un año después, se casó con Pedro Knight, un trompetista de la banda. Este matrimonio duró toda su vida.
Durante la última mitad de la década de los sesenta, Cruz empezó a expandirse como cantante, juntándose con maestros como Tito Puente, Johnny Pacheco, Willie Colón, Pete “Conde Rodríguez y la Fania All Stars. Su agrupación con Puente es conocido por haber despertado el interés mundial en la música latina. Cruz es la cantante más asociada con la ‘boom’ de la salsa en los setenta, y así ganó el bien merecido título, “La Reina de la Salsa.”
Durante su carrera, Cruz creó más de setenta álbumes, pero sus logros van mucho más allá que la música. Cruz ganó tres doctorados, uno de Yale, Florida Internacional y la Universidad de Miami. Apareció en películas, las más famosas siendo “Los Reyes del Mambo” (1992) y “La Familia Pérez” (1995). No sólo cantaba música salsa, sino también juntaba con grupos de rock y formó parte de la ópera “Tommy” en 1973.
La lista de premios y honores que Cruz ganó, y que sigue ganando en homenaje después de su muerte, es impresionante. Unos de los más notables incluyen cinco premios Grammy, dos Grammy Latinos, y el prestigioso honor estadounidense de la “National Medal of Arts” presentado por el Presidente Clinton en 1994.
"Celia empezó a cantar, y a cantar bien, desde pequeña", nos dice su hermana. "Es una mujer sencilla y sin pretensiones que ama la música", afirma un conocido salsero.
Una cubana que añoraba su isla, pero que estaba divorciada del gobierno; una amiga inteligente y espiritual, a la que le gustaba descansar en bata y pantuflas, y que era excelente cocinera.
Celia fue sin duda alguna, una mujer de contrastes. Era sincera, espontánea y accesible para sus fans, pero siempre fue muy privada con su vida personal. Era desinhibida sin ser decadente, honesta sin ser ofensiva, confiada sin ser arrogante y generosa a más no poder. Sin embargo, antes que nada, Celia era una mujer auténtica.
La Reina de la Salsa Celia Cruz falleció el 16 de julio del 2003,a los 78 años de edad en su hogar de Nueva Jersey, después de una larga batalla contra in cáncer encefálico, pero la memoria de ella perseguirá en todos que la conozcan.
Cuando Celia Cruz murió, más de medio millón de personas — en Miami y en Nueva York — esperaron en fila durante horas para presentarle sus últimos respetos a la Reina de la Salsa. Varios millones más le rindieron homenaje en pequeñas celebraciones conmemorativas, organizadas en sus propias casas y en festivales callejeros a través del mundo entero.
Al son de su inconfundible voz y las canciones que la llevaron a la cima, la muerte de la Reina de la Salsa fue marcada por el mismo gozo que ella supo transmitirle a millones de personas a todo lo largo de su increíble vida y su carrera, una carrera que abarcó toda la segunda mitad del siglo veinte.
Admirada alrededor del mundo como un símbolo de energía, increíble, talento sobresaliente y acción humanitaria, Cruz culmina el poder y éxito de la mujer latina. A pesar de su éxito, de haber puesto al mundo a bailar, en Cuba fue vetada por su oposición a Fidel Castro y no fue hasta 2012 cuando su voz se escuchó por primera vez en la radio de la Isla.
A quince años de su muerte, Celia Cruz sigue viva
Su tumba es de la más visitadas en el cementerio Woodlawn, en el condado de El Bronx en Nueva York. Su legado está muy vivo, su memoria y la gente la sigue recordando, su música se toca en todo el mundo.
La frase famosa de Cruz, “Azúcar,” nos recordará siempre de la vida e impacto de nuestra “Reina de la Salsa.”