En un aparente intento por reforzar su idea de un muro a lo largo de la frontera con México, el presidente estadounidense, Donald Trump, señaló el 16 de enero ejemplos de los muros que se están levantando en todo el mundo, especialmente las barreras construidas en Europa, como prueba de que funcionan.
A continuación, te presentamos una evaluación de dichas afirmaciones.
Este es el tuit que publicó el presidente estadounidense:
“Ahora existen 77 muros importantes o significativos construidos alrededor del mundo, 45 países planean o construyen muros. Se han construido más de 1280 kilómetros de muros en Europa apenas desde 2015. Todos han sido reconocidos como exitosos en cerca del 100 por ciento”.
Aunque gobiernos alrededor del mundo han construido o planean construir 77 muros, se espera que unos siete no se materialicen pronto, dijo Elisabeth Vallet, una investigadora en la Universidad de Quebec, en Montreal, que lleva un registro de tales construcciones. Setenta muros es cercano a la verdad, apuntó y añadió que Europa ha construido alrededor de 1000 kilómetros de muros desde 2015.
La Casa Blanca no respondió a preguntas sobre la fuente de las cifras mencionadas por el presidente en su tuit. Algunos observadores en las redes sociales especularon que él vio un reporte en Fox Business que analizó el tema la noche anterior.
Lo que Trump puede imaginar como un “enorme y hermoso muro”, construido con concreto o barras de acero, no encajaría en la definición europea. La mayoría de los muros a los que él se refirió en ese continente son, de hecho, estilos diferentes de vallas con cimientos.
Y no todos ellos fueron diseñados con la migración en mente.
Países como Austria, Bulgaria, Grecia, Hungría y Eslovenia han construido muros desde 2015 para frenar el flujo de migrantes que llegan principalmente del Medio Oriente a través de la ruta balcánica.
No obstante, Ucrania y los países bálticos que comparten frontera con Rusia han comenzado a levantar barreras para marcar sus territorios en respuesta a las amenazas de invasión que perciben de su vecino más grande.
“Casi un tercio de los muros en el mundo están diseñados para mantener fuera al vecino”, dijo Vallet.
Como sucede con el terreno desértico a lo largo de la frontera de Estados Unidos con México, los mares peligrosos —y no los muros— han sido el principal obstáculo para las personas que buscan llegar a Europa.
El continente ha ido más allá de construir muros para impedir la llegada de migrantes sin papeles. Frontex, la agencia fronteriza de la Unión Europea, y los gobiernos nacionales crearon un aparato de seguridad al que a menudo se llama Fortaleza Europa. Incluye patrullaje naval y vigilancia en el Mediterráneo, por donde la mayoría de los migrantes intenta cruzar hacia Europa. Los gobiernos europeos trabajan en conjunto con países como Libia, Marruecos y Turquía para desalentar a los migrantes de su intento, muchas veces mortal, de cruzar el mar.
El año pasado, se detectaron unos 150.000 cruces ilegales en las fronteras externas de la Unión Europea, de acuerdo con Frontex. (Una misma persona puede intentar el cruce y ser contada en distintas ubicaciones). Esto representa una disminución del 25 por ciento en comparación con 2017, y el nivel más bajo en cinco años.
Aun así, los políticos de extrema derecha como Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, han promovido el fantasma de una crisis migratoria inminente, acompañado de una retórica xenofóbica, para justificar recursos para protección fronteriza.
“El reforzamiento y la militarización de la seguridad fronteriza ha conducido a un saldo de muertes más elevado debido al desplazamiento forzoso de personas”, de acuerdo con un informe difundido en mayo por el Instituto Transnacional, una institución de investigación y defensoría.
En otro informe sobre muros fronterizos, investigadores en el instituto observaron las barreras marítimas en el Mediterráneo y las consideraron tan significativas o más importantes que las barreras terrestres en el continente europeo.
Los muros han funcionado para políticos que los usaron como medio para movilizar a sus simpatizantes, pero no para lidiar con el problema de la migración, dijo por teléfono Nick Buxton, un investigador del Instituto Transnacional.
“Puedes construir más y más muros hasta que seas una sociedad completamente amurallada, pero lo único que estás logrando es hacerlo más y más peligroso”, dijo. “Las personas encontrarán maneras de cruzar los muros”.
La valla alrededor de la entrada del túnel que brinda el único acceso por tierra al Reino Unido desde Europa continental ha fracasado en desalentar los cruces de manera ilegal. El año pasado, alrededor de quinientos migrantes, diez veces más que en 2017, intentaron cruzar las peligrosas aguas del canal de la Mancha desde Francia. Más de la mitad completaron el recorrido.
Informes de contrabandistas que operan alrededor de la mayoría de estos puntos de acceso indican a los investigadores que solo con muros no se puede resolver el problema.
“Cada vez que tienes una valla fronteriza y ninguna política pública que lidie con el problema de raíz, es como si estuvieras invitando al crimen organizado a la mesa”, dijo Vallet.
La misma Vallet añadió que no podía pensar en ejemplos históricos de muros que funcionaron.
Destacó que tanto la Muralla China y la Línea Maginot en Francia —cada una construida con un gran gasto— fracasaron en detener a los invasores.
PALKO KARASZ, LONDRES —ENERO 2019