Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: Donald Trump y los republicanos tratan de silenciar a Bolton
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubanodelmundo  (Mensaje original) Enviado: 30/01/2020 15:41
El 'impeachment' al presidente entra en la fase de preguntas de los senadores con el debate sobre la declaración de testigos al rojo vivo. El presidente de Estados Unidos ha sobrevivido a varios escándalos en los últimos tres años; ahora quizás enfrenta la revelación más seria de su presidencia.
 
Trump y los republicanos tratan de silenciar a Bolton
POR AMANDA MARS | ELPAÍS
      El Partido Republicano batalla por asegurarse de que el juicio a Donald Trump se cierre con una absolución rápida, y sin la declaración de testigos, ante la creciente presión para que testifique al menos John Bolton, exconsejero de Seguridad Nacional. Las revelaciones del manuscrito de su próximo libro incriminan al presidente de forma directa y han abierto grietas en el muro que protege al mandatario, pues varios senadores republicanos desean escuchar hablar a Bolton, bajo juramento, en el Senado. Mientras, la Casa Blanca ha advertido contra la publicación de la obra alegando que contiene información secreta.
 
El impeachment contra Donald Trump entró el miércoles en la fase de preguntas de los senadores a las partes, acusación y defensa, pero la vista estaba puesta sobre todo en las matemáticas de los votos y en un libro de memorias políticas inédito que puede cambiar el guion preescrito para este juicio. En el manuscrito de la obra, cuyo contenido avanzó el domingo The New York Times, el exconsejero de Seguridad Nacional sostiene que Trump le comunicó personalmente su pretensión de congelar las ayudas militares a Ucrania hasta conseguir que el Gobierno de este país anunciase investigaciones que perjudicaban a los demócratas (en concreto, unas sobre los Biden, a raíz del trabajo de Hunter, hijo del demócrata Joe Biden, en una empresa gasista en el país mientras el padre era vicepresidente).
 
Esa supuesta coacción es el cuerpo del cargo de abuso de poder que pesa sobre Trump y este sería el primer testimonio directo que incrimina personalmente a Trump. Bolton envió el manuscrito al Consejo de Seguridad Nacional, dependiente de la Casa Blanca, con el fin de que revisase su contenido y este ha advertido de “las grandes cantidades de información clasificada que contiene” la obra, alguna en la categoría de “alto secreto” y, que no puede salir a la luz pública sin, por lo menos, suprimir esos pasajes. Lo dice así en una carta del 23 de enero, recogida este miércoles por el Times, sin especificar si se refiere al episodio crítico para este impeachment.
 
Pero lo importante es lo que el exconsejero declare en el Senado bajo juramento y no está claro si esa comparecencia va a tener lugar. Los republicanos controlan el Senado, con 53 de los 100 escaños, lo que les ha permitido marcar la pauta del impeachment y, hasta ahora, tumbar todas las intentonas demócratas por llamar a declarar a testigos. La hora de la verdad llegará el viernes, cuando está prevista la votación sobre esas posibles comparecencias: si los demócratas, que suman 47 votos, logran convencer a cuatro miembros del partido rival, alcanzarán la mayoría necesaria.
 
Mitch McConnell, el líder de los republicanos en el Senado, admitió el martes por la tarde, en una reunión a puerta cerrada con miembros de su partido, que no sumaban aún los votos suficientes, es decir, que sí había cuatro senadores republicanos dispuestos a apoyar a los demócratas. Lo han expresado abiertamente Mitt Romney, de Utah; Lisa Murkowski, de Alaska; y Susan Collins, de Maine, aunque esta última lo planteó el miércoles como un intercambio de testigos, es decir, que si los demócratas llamaban a declarar a Bolton, los republicanos también deberían poder convocar a alguna persona que puede resultar incómoda a los demócratas, como Hunter Biden.
 
Bolton, un halcón de la era Bush, resulta poco sospechoso de conchabanza con los demócratas, pero salió entre llamas de la Administración el pasado septiembre, despedido por sus crecientes discrepancias con el presidente.
 
Trump ha atacado su credibilidad. “¿Por qué no se quejó Bolton de esta tontería hace mucho tiempo, cuando fue cesado públicamente? No es que importe, ¡pero no dijo NADA!”, escribió el mandatario el martes por la noche en su cuenta de Twitter. "Fue despedido porque, francamente, si lo escuchara, ya estaríamos en la Sexta Guerra Mundial, y sale e INMEDIATAMENTE escribe un libro desagradable y falso. Todo clasificado de Seguridad Nacional", añadió en otro mensaje.
 
El presidente también se dirige a los republicanos y les pide que “no permitan a los demócratas jugar con ellos”, asegurando que da igual el número de testigos que se les concedan, “nunca estarán satisfechos”.
 
La Casa Blanca alega que en la fase previa del impeachment, la investigación que se desarrolló en la Cámara de Representantes, ya contó con el testimonio de 17 personas —que prestaron declaración voluntariamente—, pero Trump bloqueó la comparecencia de otra docena, entre ellas, cargos clave de la Administración con información de primera mano sobre el caso que se juzga, como Mick Mulvaney, jefe de gabinete de Trump y director de la oficina de presupuesto. También rechazó la entrega de decenas de documentos alegando que este proceso es un “fraude”. El boicoteo a la investigación le ha supuesto el segundo cargo de este impeachment, la obstrucción al Congreso.
 
Ambas cuestiones se juzgan ahora en un Senado que con toda probabilidad absolverá al mandatario, pues su destitución requeriría el apoyo de dos tercios de la Cámara alta y no hay una veintena de republicanos dispuestos a dar semejante paso. La incertidumbre se centra ahora en si al menos habrá suficientes senadores que se desmarquen del bloque del partido y reclamen la declaración de Bolton y si esta marca un punto de inflexión en este histórico juicio.
 
A la una de la tarde (hora local) comenzó, como cada día, la octava sesión del proceso público contra Trump. Los senadores empezaron la primera de dos jornadas de preguntas, que fueron presentadas por escrito, en tarjetas que identifican su nombre y la parte a la que dirigían la cuestión —los gestores del impeachment, es decir, la acusación, o la defensa, los abogados de Trump—, y que el juez John Roberts, que preside el juicio, fue leyendo en voz alta.
 
¿Qué significa el testimonio de John Bolton para Donald Trump?
Por Peter Baker
En otros tiempos, en otro Washington, quizás este sería el momento que cambiaría el rumbo de la presidencia. Un exasesor de seguridad nacional estadounidense confirmó el tema medular del actual juicio político en contra del presidente de Estados Unidos: a pesar de negarlo, el mandatario condicionó la ayuda de defensa a un país aliado, devastado por la guerra, a que cooperara contra sus rivales políticos.
 
A primera vista, el relato de John Bolton sobre los comentarios en privado que hizo el presidente Donald Trump suena muy parecido a la grabación considerada como prueba irrefutable de que Richard Nixon, expresidente estadounidense, en verdad había organizado el encubrimiento en el caso Watergate y gracias a la cual, a fin de cuentas, tuvo que dejar el cargo. Para el lunes en la noche, parecía que la revelación haría más probable que el Senado aceptara que comparecieran testigos en el juicio.
 
Pero esta es la era de Trump y el Washington de Trump, y las antiguas reglas no siempre se aplican. La estrella de un programa de telerrealidad que fue electo presidente de Estados Unidos —incluso después de que se hiciera pública la grabación de Access Hollywood en la que se le escucha presumir sobre haber cometido acoso sexual—, ha logrado sobrevivir a una tormenta política tras otra durante sus tres años en la Casa Blanca. Esto prueba que Donald Trump es más resistente que cualquier otro político estadounidense en la historia moderna de este país.
 
¿Entonces, será este un punto de no retorno parecido al caso Watergate o una revelación más que sus detractores consideran una confirmación de sus temores, pero que no cambia la opinión de los demás? ¿Será esta una prueba irrefutable u otra grabación de Access Hollywood?
 
La noticia del relato de Bolton en un libro que aún no se publica, sobre el cual The New York Times fue el primero en informar, difícilmente podría haber llegado en un peor momento para Trump, justo cuando sus abogados abrieron los alegatos de su defensa en el pleno del Senado y días antes de que los senadores voten sobre permitir o no testimonios como el de Bolton.
 
Incluso mientras los senadores republicanos estupefactos y, en algunos casos, enojados batallaban por decidir qué hacer, los abogados del presidente ignoraron, sin más, el libro de Bolton cuando se dirigieron al Senado el 27 de enero. Los abogados se limitaron a repetir el argumento de que Trump retuvo 391 millones de dólares en ayuda de seguridad para Ucrania no con el propósito de aprovechar la ayuda extranjera para incriminar a sus rivales demócratas, sino con el fin de combatir la corrupción y presionar a que hubiera más apoyo de Europa para la que en algún momento fue una república soviética.
 
En directa contradicción con el relato de Bolton, Michael Purpura, abogado adjunto de la Casa Blanca, afirmó que “todos los que hablaron con el presidente dijeron que él aclaró que no había relación alguna entre la ayuda de seguridad y las investigaciones”.
 
Para el final de ese día, Alan M. Dershowitz, otro abogado de Trump, reconoció la nueva narración pero le dijo a los senadores que “ninguna de las revelaciones de Bolton, incluso si estas fueran verdad, llegaría a considerarse como abuso de poder o como un delito que ameritara la destitución”.
 
No obstante, en privado, el equipo jurídico del presidente se preparaba para la posibilidad de que el Senado votara a favor de citar a testigos mientras ellos intentaban atenuar el enojo de los senadores republicanos que se sentían emboscados. La Casa Blanca sabía lo que Bolton podría decir al menos desde el 30 de diciembre, cuando el exasesor envió su manuscrito al Consejo de Seguridad Nacional para que lo revisaran antes de su publicación, y, sin embargo, los abogados del presidente siguieron presentando ante los senadores una versión totalmente opuesta de ese relato.
 
En su libro, Bolton escribe que Trump le dijo en agosto que quería mantener congelada la ayuda de seguridad para Ucrania que había aprobado el congreso estadounidense hasta que el gobierno ucraniano colaborara con las investigaciones a los demócratas, mismos que incluían al exvicepresidente Joe Biden y a su hijo Hunter Biden; la razón precisa por la que Trump está siendo enjuiciado.
 
Trump y sus defensores querían debilitar la narración de Bolton con el descrédito. Han dicho que es un exempleado descontento que quiere vengarse y vender libros. Tras meses de tensión con el presidente por sus políticas con Corea del Norte, Irán, Afganistán y Ucrania, Bolton dejó de manera abrupta la Casa Blanca en septiembre; el presidente insistió en que lo despidió mientras que Bolton insistió en que él renunció.
 
Desde la mañana del lunes y durante el resto del día, Trump lanzó mensajes en Twitter para rebatir el relato de su exasesor y decir que Bolton era poco fiable.
 
“NUNCA le dije a John Bolton que la ayuda a Ucrania estuviera vinculada a las investigaciones contra los demócratas, incluidos los Biden”, escribió el presidente estadounidense. “De hecho, no dijo nada de esto cuando salió de manera muy pública del gobierno. John Bolton solo dijo esto para vender un libro”.
 
No obstante, es difícil que Trump simplemente elimine a Bolton como testigo. No es un demócrata liberal ni un burócrata del Estado profundo, ni siquiera es un republicano del Movimiento Alto a Trump (Never Trump), sino un conservador de línea dura con años de credibilidad entre los republicanos y muchos seguidores desde su época como embajador de Estados Unidos y analista de Fox News. Y quien rebate su narración es un presidente que tiene antecedentes de hacer miles de declaraciones falsas y engañosas documentadas por los encargados de verificar los hechos.
 
El relato de Bolton parece desmantelar una parte central de la premisa que la defensa de Trump empezó a presentar al Senado. Los abogados del presidente criticaron a los demócratas de la Cámara de Representantes por sustentar sus acusaciones en testimonios de segunda mano y argumentaron que ningún testigo había dicho que Trump vinculaba explícitamente la ayuda a las investigaciones.
 
Pero el recuento de Bolton es claramente un relato de primera mano.
 
Durante semanas, Bolton ha sido uno de los personajes más interesantes en el caso de Ucrania: antiguos funcionarios testificaron que se opuso a la campaña de presión al país europeo —a la que calificó como un “negocio de drogas” en el que no quería participar— y advirtió que Rudy Giuliani, el abogado personal del presidente que estaba organizando esta estrategia, era una “granada de mano que iba a hacer volar a todos”. Bolton les dijo a sus colaboradores que informaran a un abogado de la Casa Blanca sobre la campaña de presión.
 
Bolton no ha hecho declaraciones públicas, excepto negar haber filtrado su libro y atribuir su divulgación a la Casa Blanca. Los demócratas de la Cámara de Representantes solicitaron su testimonio durante sus audiencias del mes pasado, pero a final de cuentas no lo citaron a comparecer, bajo la lógica de que una batalla en el tribunal solo prolongaría durante meses el proceso de investigación.
 
Cuando la Cámara Baja mandó a juicio político a Trump y el caso llegó al Senado, Bolton anunció que si lo citaran a comparecer, él testificaría. Pero, al inicio del juicio, los republicanos del Senado votaron en contra de citarlo y postergaron la decisión final hasta que los alegatos estuvieran completos, lo cual podría suceder esta misma semana.
 
Sin importar lo perjudicial que pueda parecer el relato de Bolton, los acontecimientos de los últimos tres años indican que quizás no cambie el resultado. El lunes 27 de enero, varios senadores republicanos desecharon el recuerdo de Bolton por no considerarlo como algo nuevo.
 
Sin embargo, las encuestas también muestran que dos terceras partes de los estadounidenses quieren que comparezcan otros testigos en el juicio que se está llevando a cabo en el Capitolio. Debido a las revelaciones recientes y con el destino del presidente en juego, Bolton está listo para testificar.
 


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados