El diario oficial Granma aseguró que la actual epidemia de coronavirus podría deberse a una "acción de terrorismo biológico" promovida por EEUU para debilitar a China. Tomando como referencia un artículo del periodista español Patricio Montesinos, el periódico del Partido Comunista de Cuba (PCC) sugirió que el coronavirus podría ser "un germen creado en laboratorios de Estados Unidos, como arma bacteriológica de la guerra comercial desatada por Washington contra China."
Las evidencias que defiende el texto de Granma descansan en la "cada vez más intensa campaña mediática internacional antichina", declaraciones del secretario de Estado Mike Pompeo," quien en medio de la emergencia que vive el mundo por la referida enfermedad identificó a China como una amenaza a los principios democráticos internacionales", y "el silencio cómplice de los grandes medios de información" sobre los esfuerzos de Pekín por "controlar la expansión de la epidemia".
Pero Granma agrega una hipótesis propia: los intentos de asesinato contra Fidel Castro que habría organizado la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en la década de 1960, así como la "guerra bacteriológica" de que habría sido blanco la Isla.
"No existen evidencias en este momento de que el coronavirus forme parte de una acción terrorista biológica de Estados Unidos, pero la práctica de ese país y las declaraciones de algunos de sus más altos funcionarios", podría indicar lo contrario, apuntó el diario oficial.
Granma alabó la gestión eficaz y preocupada de China, estrecho aliado de La Habana, para combatir la propagación de la enfermedad.
El viernes, Miguel Díaz-Canel Bermúdez reiteró su apoyo a China en la lucha contra el coronavirus, y elogió el uso del medicamento Interferón alfa 2B recombinante (IFNrec), producido en la planta de ChangHeber, de propiedad mixta entre la Isla y el gigante asiático, en el tratamiento de la enfermedad.
"Interferón alfa 2B: el medicamento cubano usado en China contra el coronavirus. Nuestro apoyo al Gobierno y pueblo chino en sus esfuerzos por combatir el coronavirus", escribió el gobernante.
El IFNrec se aplica contra infecciones virales provocadas por el VIH, la papilomatosis respiratoria recurrente causada por el virus papiloma humano, el condiloma acuminado y la hepatitis tipos B y C, además de ser efectivo en las terapias contra distintos tipos de cáncer, indicó Granma el jueves.
A pesar de las sospechas de La Habana, ni Granma ni Díaz-Canel mencionaron las medidas drásticas de control tomadas por Pekín sobre los medios de comunicación e internet, en un esfuerzo por controlar el discurso sobre la crisis que se ha vuelto un desafío único para los dirigentes chinos.
En días recientes, tanto los medios de comunicación dirigidos por el Estado como los canales de enfoque más comercial han recibido instrucciones de enfocarse en historias positivas sobre los esfuerzos por contener el virus, de acuerdo con tres personas que pertenecen a organizaciones noticiosas chinas, quienes dieron su testimonio a The New York Times bajo anonimato.
Las plataformas de internet eliminaron artículos que sugieren la existencia de deficiencias en la respuesta del Gobierno chino, o que son negativos al referirse al brote.
Algunos funcionarios locales también han tomado medidas contra lo que llaman "rumores" sobre el virus. Esta semana, el Ministerio de Seguridad Pública de China elogió dichos esfuerzos, que han continuado incluso después de que una persona que fue reprendida por difundir rumores resultó ser un médico que alertaba sobre los primeros casos de la enfermedad.
Durante los primeros días de la crisis, las fuertes críticas en las redes sociales estuvieron dirigidas en su mayoría a las autoridades locales. Ahora, gran parte de la molestia se enfoca en el liderazgo de alto nivel y parece que en general ha aumentado, comentó King-wa Fu, profesor adjunto en el Centro de Estudios de Periodismo y Comunicación de la Universidad de Hong Kong.
Por ejemplo, a finales del mes pasado, después de que The New England Journal of Medicine publicó un ensayo de investigación acerca de los primeros casos del virus, los usuarios de internet en China aprovecharon el hecho de que muchos de los autores trabajaban para el Centro Chino de Control y Prevención de Enfermedades, para afirmar que su trabajo era informar al público y no promover sus carreras como investigadores.