A finales de 1999, comienzan a anunciar un espectáculo centralizado por Rosita Fornés, compartido con Luís Carbonell en el Gusman Theater del downtown de Miami. Acto seguido se inician los cabildeos para boicotearlo.
Se traspasan las presentaciones para un Salón en el Seville Hotel de Miami Beach, precisamente el mismo día del concierto la gerencia del hotel rompe el contrato y se cancela la presentación. Además se les niega el hospedaje a los artistas que llegan esa misma tarde procedentes de La Habana.
A última hora, la gerencia del Club Cristal de Miami Beach, facilita su local para que los artistas cubanos se presenten esa misma noche, enfrente un pequeño grupo de manifestantes vociferan en contra de la presentación. Mas, por primera vez en muchos años, a pesar de todos los obstáculos: LA FORNÉS actúa en Miami. Esa noche los noticieros de TV locales califican la presentación como una “bofetada al exilio cubano”.