No hace mucho fui víctima de discriminación nada más y nada menos que en un consultorio médico. Tenía una condición en la piel y debí acudir a un centro de salud. La doctora me preguntó por qué me depilaba y que, si era homosexual, luego dijo: “¡Con razón!¡Los heterosexuales no hacen eso!”. Cuando le dije que eso no tenía nada que ver, me dijo “No señor, eso solo lo hacen los homosexuales”, prácticamente quiso decir que, si fuera heterosexual, hubiera estado sano.
Por otro lado, también he visto ataques homofóbicos en comentarios de redes sociales. Por ejemplo, decir que la nueva versión de Cenicienta creada por Amazon Prime es “vulgar y obscena” por incluir un personaje LGBTI. Aquí el tema no es si les gusta la película o no, eso no es relevante y no me interesa, pero sí está mal utilizarla para atacar a la comunidad.
Yo mismo he recibido comentarios negativos en las redes sociales, en donde me han llamado “culicagao” y que mi comunidad es ridícula y nunca seremos aceptados. Puro odio es lo que se ve en sus comentarios. Así como se expresan en estos comentarios, también maltratan y hacen daño a gays, lesbianas, bisexuales y otras personas de nuestra comunidad.
También hace poco vimos cómo un sacerdote utilizó el término “marica” en la forma más despectiva y con toda la intención de ofender, aun sabiendo que sus palabras y su influencia pueden desembocar una tragedia.
He visto también, por otro lado, personas que supuestamente nos aceptan como somos y nos apoyan, pero crían a sus hijos como homofóbicos, es decir, hipocresía a la millonésima potencia más homofobia internalizada y/o disfrazada.
Asimismo, también vimos recientemente como el pontífice más importante de la iglesia católica afirmaba que el matrimonio era sólo entre un hombre y una mujer. También comunicaba estar de acuerdo con las leyes y Estados que brindan apoyo legal en términos de casamiento a la comunidad LGBTI, pero no con matrimonios eclesiásticos entre parejas del mismo sexo.
Yo digo, si va a salir con eso, ¿para que se pone a decir que nos deben aceptar en la iglesia? Si nos quieren ver como iguales, entonces deberían aceptarnos completamente, porque decir que nos aceptan y después salir con eso es hipocresía, es como decir que aceptas a una persona negra, pero sigues coartando sus derechos. ¡Es pura falsedad!
Ya hemos visto suficientes crímenes de odio, injusticias, daños psicológicos y físicos. Los asesinatos hacia las personas LGBTI son muy comunes y muchas veces pasan desapercibidos o quedan impunes.
Entonces, la pregunta grande aquí es: ¿a cuánta hipocresía tenemos que acostumbrarnos? ¿Tendremos que vivir a la defensiva siempre, pensando que quienes nos rodean son doble cara? ¿Qué hay de esxs niñxs que están descubriendo apenas su sexualidad? ¡Sabemos cuánto miedo viene a nosotros al autodescubrirnos! ¡Lo hemos vivido! ¿Deben estxs pequeñxs acostumbrarse a vivir pensando que no les quieren ni les aman? Quisiera tener una varita mágica para solucionar esto, pero no la tengo.
Lamentablemente no podemos cambiar el modo de pensar de las personas, pero si podemos, a través de nuestro activismo, educar, informar y ayudar a sembrar conciencia sobre los daños causados en nosotros. Todo es un granito de arena que espero vaya creando poco a poco un cambio. ¡Es urgente! Ya no quiero vivir con miedo. ¿Qué hay de ti?