Denis Solís, la detención
«Arbitraria» que encendió las protestas en Cuba
Un dictamen de la ONU acaba de calificar el arresto del rapero de arbitrario y denuncia que no tuvo un juicio justo, pues el régimen violó sus derechos universales
«Soy cristiano y amo la Justicia. Lucho por la libertad de mi pueblo cubano y no descansaré». Así se presenta en su página de Facebook el rapero cubano Denis Solís, un artista que desde hace años ha sido crítico con el régimen cubano, y por ello ha sufrido su represión, con detenciones constantes. La última fue a principios del mes de noviembre de 2020. En aquel momento fue acusado de un presunto delito de ‘desacato’ por responder a varios agentes de la Seguridad del Estado que entraron en su vivienda sin orden judicial. El artista transmitió el allanamiento en directo a través de sus redes sociales.
Aquella detención no fue como las anteriores, ni para Solís ni para su entorno. Desencadenó una serie de acciones que desembocaron en las mayores movilizaciones que se han producido en Cuba en las últimas décadas. Algunos miembros del Movimiento San Isidro (MSI), al que pertenece Solís y que nació en 2018 como respuesta al decreto 349 que regula y censura la creación artística en la isla, se pusieron en huelga de hambre como protesta por su detención y pidiendo su liberación; aquel acto llevó al allanamiento de la sede del MSI por parte de agentes de la Seguridad del Estado, que utilizaron la violación del protocolo anti-Covid como excusa. Un día después del allanamiento, centenares de personas se manifestaron frente al Ministerio de Cultura para reclamar más libertades para los artistas. Aquella noche nació el grupo 27-N.
En paralelo veía la luz la canción que se ha convertido en el himno de estas protestas, ‘Patria y Vida’, que nació como un homenaje al MSI y al 27-N. El tema invadió la isla, que se llenó de carteles haciendo alusión a esta frase que hacía frente a la consigna fidelista de ‘Patria o muerte’. La canción, nominada a dos grammy latinos, fue entonada por cubanos de dentro y fuera de la isla, convirtiéndose en un grito de rebeldía y llamamiento al cambio.
Mientras tanto, Solís fue víctima de incomunicación durante más de una semana, lo que le impidió tener una defensa justa, sufrió un juicio oral, celebrado a puerta cerrada, y finalmente fue condenado a ocho meses de prisión, pena que cumplió en su integridad. A esto se sumó una campaña de criminalización y descrédito contra el rapero por parte de los medios de comunicación oficialista, una práctica habitual, utilizando para ello incluso un vídeo manipulado con el que se le pretendía acusar de terrorista.
Esta semana se ha conocido un dictamen elaborado por un grupo de trabajo de la ONU que ha calificado la detención de Denis Solís de «arbitraria», tras una denuncia presentada por la ONG Prisoners Defenders. El texto, además de calificar el delito de ‘desacato’, del que fue acusado, de «vago», considera que el rapero no tuvo un juicio justo al violar varios de los artículos contemplados en la Declaración Universal, que garantiza la igualdad ante la ley, el derecho a la asistencia letrada y el derecho al tiempo y medios adecuados para su defensa.
Solís salió de prisión el 12 de julio, un día después de las históricas protestas que sacaron a la calle a miles de cubanos en toda la isla. Tras agradecer todas las muestras de apoyo, el rapero, en declaraciones a Radio Televisión Martí, afirmó: «Lo único que puedo decir es ‘Patria y Vida’, abajo el comunismo y abajo la dictadura de los Castros, cambio pronto y libertad para todos los presos políticos».
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