Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: "La historia de Amal y Ebtisam, dos saudíes perseguidas por ser lesbianas"
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: ciudadano del mundo  (Mensaje original) Enviado: 04/05/2022 16:05
Cuando sus familiares descubrieron su 
Relación las aislaron, maltrataron y forzaron a "reconducirlas" al Islam 
Gracias a Násara, una activista saharaui, consiguieron escapar del país y llegar a España tras un año muy complicado.

Ebtisam (i) y Amal (d)
Huir del "infierno" para quererse libres: 
La historia de Amal y Ebtisam, dos saudíes perseguidas por ser lesbianas
 
ELENA OMEDES

"¿De verdad estamos aquí?", se pregunta Amal. Vivir y amar libremente es algo a lo que todavía no le ha dado tiempo a acostumbrarse. Ni a ella, ni a Ebtisam. No hace ni un mes que las dos jóvenes de 23 años llegaron a España tras más de un año huyendo de sus propios familiares por el simple hecho de ser lesbianas. Por quererse. De donde vienen, Arabia Saudí, la homosexualidad se castiga con pena de muerte. La huida se ha prolongado más de un año, pero el "infierno", como lo describen ellas, empezó el día en el que descubrieron su romance.
 
Apenas tenían 16 años cuando se enamoraron tras conocerse en el colegio por una amiga en común. Las dos son de origen yemení, pero han vivido en Arabia Saudí toda su vida. "Allí, la homosexualidad está más normalizada entre la juventud, aunque de forma clandestina. Sabemos quién es pareja de quién y demás, pero se queda todo entre nosotros, es como un secreto a voces. Ni la sociedad ni la familia ni el sistema lo saben", explican durante una entrevista.
 
Y es que el precio a pagar si se desvela cualquier tipo de acto o conducta considerada indecente, o incluso tipificada como delito, es extremadamente alto. Y ellas lo sabían ya antes de conocerse. Tanto Amal como Ebtisam llevaban interiorizada la idea de que no pertenecían a ese mundo en el que la libertad y los Derechos Humanos son un lujo que muy pocos se pueden permitir. "Los problemas no vienen únicamente derivados de la homosexualidad. Puedes disimular que eres lesbiana, pero no que eres mujer", asevera Amal. Según coinciden las dos, su orientación sexual fue un añadido más a su condición de mujer, de exmusulmanas y de ser hijas de inmigrantes en un país como Arabia Saudí.
 
Dos infiernos paralelos
Dos años después de conocerse, en 2017, sus familiares descubrieron su relación. Empezaría entonces un camino de injusticias, sufrimiento y dolor para el que todavía a día de hoy buscan cura. A Ebtisam, su hermano casi la mata de una paliza y su padre la mandó a Etiopía, donde vivía su madre, de quien también recibió maltrato. A Amal, su padre la forzó a dejar la escuela y la prometió con su primo de Yemen.
 
Las dos fueron sometidas al más completo aislamiento, despojadas de cualquier dispositivo que las comunicara con el mundo exterior (y, sobre todo, con la otra). Las encerraron, forzaron a practicar el Islam, rezar y hacer ayuno para "reintroducirlas" en la fe. Todo ello durante un periodo de tiempo que se les hizo insufrible e interminable.
 
"Estuvimos un año sin saber nada la una de la otra, hasta que la amiga que nos presentó el primer día consiguió ponernos en contacto", relatan. La amenaza de un matrimonio forzado de Amal con su primo es lo que aceleró todos los planes de huida. La pandemia ayudó en cierta parte, pues tuvieron que posponer las ceremonias por las restricciones. Fue entonces cuando lograron ponerse en contacto con Násara, una feminista y activista saharaui dedicada en cuerpo y alma a la defensa de los derechos de las mujeres en países árabes.
 
Sonrisa, Esperanza y Victoria
"¿Sabes que Ebtisam significa 'sonrisa' en árabe? Amal es 'esperanza' y mi nombre es 'victoria'. Estábamos destinadas", comenta Násara mientras observa cómo las jóvenes posan para las fotografías. 20minutos se reunió con ellas en la estación de Atocha de Madrid, apenas minutos después de que las tres llegasen en tren desde Jerez de la Frontera (Andalucía), donde viven ahora, para acudir a un evento del Ministerio de Igualdad por el Día de la Visibilidad Lésbica.
 
"Ellas contactaron conmigo y me contaron su situación. Me lo tuve que pensar, porque me pillaba en un momento personal complicado, y aunque a otras chicas sí que he llegado a apoyarlas con mi dinero como podía, cuando me pidieron ayuda yo estaba en bancarrota. Además, estaban en dos países diferentes, lo que iba a suponer una inversión de dinero mucho mayor, sin olvidar que ambas son de origen yemení, en plena guerra, lo que complica mucho más el proceso de sacarlas del país", explica Násara.
 
La activista fue consciente desde el primer momento de que el caso iba a ser complejo y que le iba a requerir mucho más que su esfuerzo personal. Por ello, lanzó una campaña por redes sociales para recaudar dinero y poder traerlas a España. "A partir de ahí estuvimos casi un año en el proceso, con problemas de todo tipo", cuenta.
 
Primero, logró que Ebitsam llegase a Egipto, desde donde sería mucho más fácil tramitar toda la gestión de visados. "Ella se encontraba en Etiopía, donde estaba a punto de estallar una Guerra Civil. Había que sacarla de ahí antes de que sucediese, y la única vía era que volviera a Yemen, y de ahí que viajase a Egipto con un documento médico", explica en una de las cafeterías de la estación madrileña.
 
No fue hasta junio de 2021 cuando las dos jóvenes se reencontraron después de meses separadas. Amal llegó a Egipto también, donde llegaron a sufrir acoso y amenazas que hicieron tambalear todos los planes. "Estuve durante días con un nudo en la garganta por miedo a que toda esa lucha cayera en saco roto. Logramos resolverlo, pero fue un susto terrible", afirma.
 
Násara manejó el caso a través de muchas asociaciones, hasta que contactó directamente con el Ministerio de Igualdad mediante un correo electrónico que acabó en manos de la actual directora general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, Boti García Rodrigo. "Se lo tomó muy en serio", agradece la activista saharaui.
 
Un "final feliz" fruto de la colaboración
En una conversación telefónica con 20minutos, Boti García explica cómo vivió ella todo el proceso. "Desde el principio me tocó el corazón", reconoce. "Cuando recibí el primer correo electrónico en julio de 2021, me conmovió especialmente porque la historia que me estaba contando ese correo era la historia de dos jóvenes muy jóvenes que por las circunstancias políticas, por las leyes LGTBIfóbicas de su país, no podían disfrutar de su libertad. Me tocó mucho, ya no solo como directora general, sino como lesbiana y como la activista que soy", añade.
 
Decidió entonces "recorrer los caminos necesarios" para conseguir que Amal y Ebitsam pudieran llegar a ser libres. García destaca que, en gran parte, todo pudo desembocar en un "final feliz" gracias a la colaboración entre las instituciones. "El poder ir de la mano con la Dirección General de Política Interior y la de Asuntos Consulares del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha sido crucial", subraya.
 
Finalmente, consiguieron que España diese asilo a las dos mujeres saudíes por motivos de género u orientación sexual. Más allá del éxito logrado por "ir de la mano" entre todos los involucrados en este proceso, García insiste en denunciar y recordar que todavía hay 78 países en el mundo en los que ser homosexual es delito: "Lo que tenemos que hacer es empeñarnos como países democráticos en erradicar esas legislaciones que asfixian, que limitan libertades, y en algunos casos que conducen a la muerte".
 
"Fui a verlas al aeropuerto de Barajas cuando llegaron. El abrazo que nos dimos fue tan emocionante para ellas como para mí. Se nos saltaban las lágrimas. Yo por el deber cumplido, y ellas con la ilusión cumplida también", relata García.
 
"Vivir en libertad y sin dar explicaciones"
Una ilusión que desbordaba de los rostros de ambas, recién llegadas a la capital y todavía pellizcándose para recordar que pueden darse de la mano sin ningún miedo. "Seguimos todavía con el trauma y en estado de shock. ¿De verdad estamos aquí?", dice incrédula Amal, mientras mira a Ebitsam con la sensación de haber vuelto a nacer.
 
- ¿Sois conscientes de la libertad que habéis recuperado?
 
- "De vez en cuando. Pero todavía estamos trabajando en sanarnos. Tenemos mucho trabajo por delante para ordenar nuestra mente. Si no nos curamos, no podremos seguir y arrastraremos esto para siempre".
 
- ¿Y ahora qué?
 
- "Lo único que queremos ahora es estabilidad. Vivir en libertad, tal y como somos, sin juicios y sin dar explicaciones".
 


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados