La cantante sevillana de 60 años de edad fue la pregonera de las fiestas del Orgullo en Sevilla. Sus palabras se llevaron los aplausos y vítores de los asistentes a la fiesta.
“María del Monte sale del armario, he formado mi familia”
La cantante presentó públicamente a la que es su pareja desde hace 23 años
María del Monte ha sido la pregonera del Orgullo de Sevilla y ha aprovechado la ocasión para presentar a su novia desde hace 23 años por primera vez en público
María del Monte ha dado la sorpresa al salir del armario durante su pregón por el Orgullo LGTBI. Todo ha tenido lugar este jueves 23 de junio, cuando en Sevilla se daba el pistoletazo de salida al Orgullo 2022. Además, la capital andaluza lo hacía por todo lo alto con María del Monte como pregonera. Desde el primer momento la artista se mostró visible, subiendo al escenario con una bandera del arcoíris. No obstante, lo que nadie esperaba es que ella saliera del armario allí.
Ante la emoción de todos los presentes, María del Monte no dudaba en hablar con total naturalidad y emoción de su vida más personal. La artista hablaba de su sexualidad e incluso presentó públicamente a su pareja. «¿Qué pensáis, que soy, como he dicho en alguna ocasión, un robot? ¿Qué yo no he formado mi familia?», planteaba la cantante en el inicio de su discurso.
«Claro que la tengo. Desde hace 23 años. Pero, simple y llanamente es mía», respondía así la artista la pregunta que ella misma había planteado. «Y hoy reivindico una vez más a que siga siendo mía. Jamás en mi vida me he escondido de nadie, ni lo voy a hacer por amor. Nunca», proseguía diciendo María del Monte con total rotundidad y empezando a visibilizar su modelo de familia.
Tras esto, añadía: «Por supuesto que tengo al amor de mi vida. He tenido la suerte de dar con el amor de mi vida». En ese instante, ya entre vítores de los presentes, seguía: «¿Cómo me voy a esconder yo de eso, familia? ¿Estoy yo loca, soy una inconsciente? Sí, quizás, he intentado proteger a esa familia, porque todos sabéis que, si yo fuera mecanógrafa, no pasaría nada». E insiste en que si no se había mostrado tan visible es para no hacer sufrir a los suyos, porque «lo que no quiero es que a la gente que quiero sufra».
Ya en la recta final de su discurso, Del Monte salía del armario y dejaba aún más clara si cabe su pertenencia al colectivo: «Quiero que sepáis, antes de bajarme de aquí, que soy una persona más de todos los que estamos aquí y de todos los que forman parte del mundo». Y no solo eso, sino que presentaba a su novia: «Por supuesto, mi pareja esta tarde está aquí». Y terminaba: «Os empecé hablando de libertad y yo voy a respetar la suya. Sé que está aquí y si quiere subir, que suba. Si no, no. La voy a seguir queriendo lo mismo».
Finalmente, su pareja sí que accedía a subir al escenario, dando así una imagen de libertad y visibilidad más que necesaria en tiempos de odio. Como no, el público se mostraba eufórico de ver a María del Monte bailando con su novia sobre el escenario con una bandera del arcoíris.
Tras su salida del armario, los seguidores de María del Monte podrán quizá interpretar sus últimas canciones recogidas en el álbum Todo vuelve, en el que "hay mensajes encriptados en las letras, pero mensajes que solo entendemos mi gente más cercana y yo", explicaba tras 14 años sin lanzar ningún nuevo disco.
María del Monte junto a su novia en el Orgullo Gay de Sevilla 2022
Algunos fans de María del Monte se sorprendieron al saber que su ídolo iba a encargarse de dar el pregón del Orgullo en Sevilla este año. Pero lo que sí que casi nadie esperaba es que la cantante sevillana, de 60 años, aprovecharía también la ocasión para salir públicamente del armario y hablar de su pareja. «Quiero que sepáis, antes de bajarme de aquí, que soy una persona más de todos los que estamos aquí y de todos los que forman parte del mundo», señaló Del Monte este jueves 23 de junio sobre el escenario ubicado en la Alameda de Hércules, algo que provocó un estallido de júbilo del público.
María del Monte, intérprete de canciones tan conocidas como Cántame, lleva cerca de cuatro décadas regalando al público su arte y simpatía. Eso sí, siempre se había mostrado muy reacia a hablar de su vida privada. Ni tan siquiera tuvo la tentación de salir al paso de los rumores acerca de su presunta relación sentimental con Isabel Pantoja (que este año, por cierto, recibirá un premio en las fiestas del Madrid Orgullo y actuará en la gala Mr Gay 2022). Por eso mismo, muchos seguidores de la sevillana, que apareció en la Alameda de Hércules ataviada con un mantón de lunares con la bandera LGTBI, se quedaron boquiabiertos al escucharla hablando de su vida sentimental en pleno pregón del Orgullo en Sevilla.
«¿Qué pensáis, que yo soy, como he dicho en alguna ocasión, un robot? ¿Pensáis que yo no he formado mi familia? Claro que la tengo. Desde hace 23 años. Pero, simple y llanamente, es mía. Y hoy reivindico una vez más el derecho a que siga siendo mía. Jamás en mi vida me he escondido de nadie, ni lo voy a hacer por amar. Nunca. Por supuesto que tengo al amor de mi vida. ¿Cómo me voy a esconder yo de eso? Sí, quizás, he intentado proteger a esa familia, porque si yo fuera mecanógrafa, no pasaría nada. A mí, por mí, me da igual. Lo que no quiero es que la gente a la que yo quiero sufra», comentó la artista a los allí presentes.
La cantante, que en los últimos dos años ha perdido a dos de sus hermanos y a su madre Bibiana), aprovechó igualmente el evento para hablar por primera vez de forma pública sobre su orientación sexual (algo que, por lo visto, no ha sido nunca un secreto para la gente de su entorno). «Quiero que sepáis, antes de bajarme de aquí, que soy una persona más de todos los que estamos aquí y de todos los que forman parte del mundo. Y que, por supuesto, mi pareja está aquí esta tarde. He empezado hablando de libertad y voy a respetar su libertad. Si quiere subir, que suba, y si no, que no. La voy a seguir queriendo». Poco después, algunos medios de comunicación publicaron que la mujer que ocupa el corazón de la artista no es otra que la periodista Inmaculada Casal, que finalmente se subió al escenario para apoyar a su novia, y hasta se atrevió a bailar con ella.
Casal, nacida en Barcelona hace 58 años, adquirió bastante popularidad durante su etapa al frente del programa de la televisión autonómica Contraportada (del que fue editora y presentadora durante trece años), y actualmente ejerce como Jefa de Sociedad de Canal Sur TV. Entre 2013 y 2018, se dedicó a narrar sus aventuras en un blog donde, en una de las entradas, celebró orgullosa el hecho de que Telecinco fuese condenada a pagar 50 mil euros a María del Monte (quien demandó a la cadena después de que se diera a entender que mantenía una relación con Isabel Pantoja, lo que consideró que vulneraba su derecho a la intimidad). «Todos sabéis lo celosa que es María de su intimidad», escribió entonces Casal. «Ella es transparente y tiene poco que ocultar, pero si algo no le gusta es que hablen de su vida, y menos si ella no lo hace. Respeta a los programas y a las personas que se sientan para comerciar con sus amores y pasiones. Eso sí, ella no está en venta y lo recuerda cada vez que puede, como en esta ocasión».
El gesto de María del Monte, quien parece apelar a la libertad individual para salir o no del armario, aporta sin duda su granito de arena a la visibilización de la realidad LGTBI y, de paso, pone fin a años de habladurías. «Los derechos, una vez que se adquieren, hay que seguir luchando para no perderlos», añadió en el programa Deluxe la cantante, sabedora del preocupante panorama para las personas gays, lesbianas, bisexuales y trans.
«Ver bailar a María del Monte de la mano de su pareja», explicaba la activista Lidia García, «verla enarbolar con esa alegría un mantón diseñado por Patricia Palmero con los colores de la bandera LGTBI, fue una especie de bálsamo para quienes crecimos sin tener a dónde mirarnos. En los lunares de esa bandera arcoíris ondean muchos años de silencios, de amores calladitos en voz baja en coplas y cantares cuajados de metáforas multicolor… En esos lunares habitan los ‘mariquitas del sur que cantan en las azoteas’ de Federico García Lorca, las penas-penitas-penas de Rafael de León y las de varias generaciones de mujeres lesbianas y bisexuales que –siempre un poco más invisibles– también nos hemos visto en esos volantes».