Las denuncias por violencia contra las personas trans en Cuba son cada vez más recurrentes. Nueve casos durante 2022 recuerdan el acoso que sufren varias personas por su identidad de género.
Una boda empañada por el odio, un festival feminista transexcluyente, una joven discriminada en un salón de belleza, una mujer golpeada en un bar, una actriz acosada en redes sociales, discursos transexcluyentes emitidos por activistas por los derechos humanos, una mujer detenida en una prisión para hombres, una víctima de agresión física, una mujer discriminada en su trabajo por vestir acorde a su identidad. Estos hechos ejemplifican la inobservancia de los derechos a la igualdad y no discriminación por identidad de género, reconocidos en la Constitución cubana e instrumentos internacionales de derechos humanos.
LAS PERSONAS TRANS NO DEBEN EXPLICACIONES SOBRE SUS GENITALES
El 15 de febrero de 2022 se celebró el matrimonio de Jenifer Dueñas —mujer trans— y Yordanis Contrera, en la Iglesia de la Comunidad Metropolitana en Matanzas. La revista Q de Cuir publicó en su página de Facebook las fotos de la pareja en el momento de su alianza. El cantautor cubano Ray Fernández comentó en la plataforma: «¿Cuál de los dos novies se puso o se quitó el aparato?... es que soy nuevo en esto», a lo que la periodista Dailene Dovale respondió: «Las personas trans no deben explicaciones sobre sus genitales».
El comentario violento, que se unió a otros de similar tono en el sitio, refleja también la necesidad de una educación ciudadana sobre el respeto a las identidades trans.
REPRESENTACIONES TRANSEXCLUYENTES EN EL FEMINISMO
Con motivo del Día Internacional de la mujer, Casa insurgente, Círculo de mujeres y Tercer paraíso Cuba / La Mina Cuba, organizaron en La Habana un festival que procuraba ser un encuentro feminista con ponencias, artesanías, presentación de emprendimientos, danza, yoga, arte, poesía y alternativas para gestionar la menstruación. La activista Mel Herrera fue invitada a impartir una charla sobre la violencia de género y el feminismo desde la perspectiva de una mujer trans.
Sin embargo, la ponencia no fue incluida dentro del programa que contaba con otros símbolos y frases transexcluyentes como el llamado a «circular la vida con el corazón y el útero». La organización del evento proponía doce charlas, de las cuales siete eran para mujeres menstruantes, lo que excluía a mujeres trans y mujeres quienes, por cualquier motivo, estuviesen desprovistas de útero y menstruación. Tras la denuncia de varias feministas por su inconformidad con el festival y el programa, el equipo organizador ofreció disculpas públicas en sus redes sociales.
En la publicación alegaron que el festival fue pensado para ser transincluyente. Sin embargo, la respuesta ofrecida ante las quejas persiste un esencialismo biologicista que excluye y violenta a las mujeres trans.
HA PASADO EN OTROS NEGOCIOS Y HAN TENIDO QUE RETRACTARSE
Valeria Hernández, una mujer trans cubana, denunció en su cuenta de Facebook, el 8 de abril, la discriminación que sufrió en el salón de belleza Divas Lashes, ubicado en Nuevo Vedado, La Habana. Valeria había visitado el negocio anteriormente, no se sintió discriminada en ese momento y había quedado satisfecha con sus servicios, por lo que quiso volver.
Cuando contactó con el salón para reservar —vía WhatsApp— se le comunicó que no podían volver a atenderla por motivos religiosos. «En el salón somos Testigos de Jehová», fundamentó la persona que la atendió, luego de enviarle mensajes sobre los «principios bíblicos». También le explicó que, la vez anterior, la habían atendido porque le dieron turno «sin saber» y ya estaba ahí. Y precisó: «Con esto quiero que sepas que solo arreglamos a chicas».
En su denuncia, Valeria expresó que se sintió humillada y discriminada por ser una chica trans y acusó al salón Divas Lashes de falta de ética profesional. Valeria escribió un comentario en una publicación del salón y la usuaria Elianny Arturo —presunta empleada—, aseguró que allí no discriminaban a nadie por su sexualidad. «No arreglamos a hombres, mi cielo», enfatizó.
Dachelys Valdés, psicóloga y activista por los derechos de la comunidad LGBTIQ, resumió al respecto: «Este salón en Nuevo Vedado discrimina». El también activista Adiel Maimó recomendó denunciar al negocio por discriminación: «Eso es inconstitucional. Ya ha pasado con otros negocios y han tenido que retractarse».
EL DERECHO DE ADMISIÓN NO DEBE SER USADO PARA DISCRIMINAR POR RAZONES DE GÉNERO
En Santiago de Cuba, el 9 de mayo de 2022, Vanessa Sánchez fue agredida por un agente de seguridad del Bar Cafetería M´Ka, quien la golpeó violentamente cuando quiso entrar al baño de mujeres. Vanessa había frecuentado el local en otras ocasiones y no había tenido problemas por este motivo. Esta vez, al finalizar el espectáculo presentado por el Proyecto Evoluxion Espectáculo —que incluye en sus shows a artistas de la disidencia sexual—, se dirigió al baño de mujeres, pero le fue negado el acceso. El agente de seguridad no solo le impidió la entrada, sino que también la ridiculizó, indicándole que usara el aseo de los hombres. Sin dar más explicaciones, la ignoró mientras controlaba la cola y cuando ella intentó entrar, la empujó y golpeó. Vanessa fue a parar al suelo y amigos y personas desconocidas que presenciaron el hecho, la ayudaron y reclamaron al agresor.
La denuncia se hizo pública a través de un post en su muro de Facebook, en el que hubo comentarios de personas ofendidas y molestas por semejante hecho, pero también otros —la mayoría transformistas y hombres gais— quejándose de que por la denuncia podían cerrarle el espacio al proyecto y, en general, a la comunidad.
Tras el lamentable suceso, Vanessa no recibió disculpas públicas. Ante los ataques recibidos, decidió borrar la publicación.
Ante este hecho, la activista Mel Herrera, en un artículo para la revista Tremenda Nota, subrayó: «En la mayoría de estos casos, los responsables se acogen al derecho de admisión, el cual implica que los dueños, empleados y la administración pueden decidir, según algunos criterios, a quiénes se les permite entrar al local o disfrutar de los servicios. Sin embargo, en ningún caso debe ser usado para discriminar por razones de género, raza, orientación sexual, nacionalidad, religión, entre otras».
LAS PERSONAS TRANS TUVIERON INFANCIA
Kiriam Gutiérrez, actriz y activista por los derechos de la comunidad LGBTIQA+ en Cuba, denunció en su cuenta de Facebook el primero de junio de 2022 la transfobia de uno de los administradores del grupo público de Facebook Cubadebate. En respuesta a un comentario de la actriz, su agresor respondió con insultos transfóbicos y alegó no reconocer a las mujeres y hombres trans, los llamó «degenerados» y dijo no entender «el término medio “Mujer Trans”». Además, compartió en comentarios fotos referentes a la infancia de Kiriam. Tras realizar un reporte a la plataforma por bullying, se eliminó la publicación.
LAS MUJERES NO DEBEN ESTAR EN CÁRCELES DE HOMBRES
Entre las manifestaciones de la violencia institucional transfóbica está el no reconocimiento de la identidad de género de la persona. Este es el caso de Brenda Díaz, quien lleva más de un año detenida en una prisión para hombres por su participación en las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021. Entre los días 7 y 11 de marzo de 2022 se realizó su juicio (y el de otras 32 personas identificadas en las protestas), en el cual fue acusada por cinco cargos: desorden público, sabotaje de carácter continuado, atentado, daños y robo con fuerza. Un mes más tarde, el 8 de abril, llegó la sentencia conjunta de 14 años por los delitos de sabotaje y desorden público. Brenda fue víctima de transfobia por los agentes penitenciarios de tres centros de detención distintos. El acta de detención la trataba en masculino, durante el proceso penal fue presentada por su nombre muerto —aquel asignado al nacer a la persona y que puede no corresponder con su identidad de género—, y no fue reconocida como mujer en momento alguno. Esto constituye otra manifestación de violencia institucional amparada en legislaciones, como la Ley de Procedimientos Penales, que no contemplan las identidades trans.
Brenda fue despojada de cualquier atributo de feminidad, incluso, el vestido que llevaba puesto el día de las protestas fue utilizado como prueba para demostrar que estaba «disfrazada» y quería «burlar» a las autoridades.
LAS MUJERES TRANS SON MUJERES
El 7 de junio de 2022 la periodista de CubaNet y ABC Camila Acosta escribió en su muro de Facebook un post en apoyo a su colega Yoe Suárez que iniciaba con las palabras: «Ideologías “sectarias” de género». En un comentario del post en respuesta al actor Daniel Triana (Danielito Tri Tri), la periodista fue transfóbica al expresar que: «Un hombre vestido de mujer no es mujer, es eso, un hombre vestido de mujer. El sexo lo determina la biología, la ciencia. Otra cosa es que un hombre se sienta mujer, o viceversa, es una cuestión psicológica, pero la triste realidad es otra, lamentablemente para ellos».
En respuesta, Triana, también activista por los derechos de la comunidad LGBTIQ respondió: «Las mujeres trans son mujeres. Porque la feminidad es una construcción cultural que también les pertenece y que las hace vivir plenas y dignas».
Luego de este post, se han sucedido varias publicaciones con contenido transfóbico, haciendo alusión a la «ideología de género» y creando una matriz de opinión sesgada sobre el tema. En uno de ellos , la activista y reportera de CiberCuba Ileana Hernández comentó: «Excelente explicación, también habría que crear competencias deportivas según el género debido a los problemas que está trayendo esto en el deporte, que se hagan las competencias de mujer trans, así como se hacen los paralímpicos». Su comentario fue también transexcluyente y transfóbico.
Camila Acosta ha continuado la publicación de comentarios transfóbicos y el más reciente y polémico apareció en Twitter, en respuesta a Las Afueras Feministas: «A ver, si yo me visto de jirafa, ¿soy jirafa? En esa frase que señalan no está la palabra trans, otra cosa es la interpretación que ustedes han hecho de eso. Por otro lado, ustedes mismos hacen la diferenciación, es hombre o mujer trans, que no es lo mismo que ser hombre o mujer».
ACOMPAÑAMIENTO ESPECIALIZADO PARA LAS PERSONAS TRANS VÍCTIMAS DE VIOLENCIA
El pasado 20 de agosto, la página de Facebook de Transcuba Matanzas dio a conocer la agresión con un arma blanca a una mujer trans, lo que le provocó una herida grave en el cuello.
En conversación con elTOQUE, Katherine Maceo explicó que el agresor, en otras ocasiones, le ha lanzado improperios a ella y sus amigas, pero esta vez fue más allá y les lanzó botellas. Ellas, por ser trabajadoras sexuales, siempre están «preparadas» y también le lanzaron botellas. Luego, la violencia se tornó más cercana. El agresor portaba un arma blanca con la cual la hirió. Al recurrir a agentes policiales cercanos, Katherine cuenta que fue violentada también por estos, pues en principio no quisieron socorrerla por su identidad de género y su profesión.
El Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) expresó en una publicación en su página de Facebook, su intención de brindar servicios de orientación jurídica y acompañarla en cuanto a las acciones que debía acometer para desagraviar el acto violento.
LA DISCRIMINACIÓN LABORAL ES INCONSTITUCIONAL
Keilys Carranzana Álvarez, de 20 años, es una mujer trans que aseguró haber sido expulsada de su centro laboral en Cabaiguán, Sancti Spíritus, el pasado 5 de septiembre por vestir acorde a su identidad. Así lo denunció la actriz y activista por los derechos LGBTIQA+ Kiriam Gutiérrez en Facebook, y clasificó este hecho como transfobia.
Según la información compartida por la activista, Keyli fue despedida por el jefe de Recursos Humanos de su centro de trabajo perteneciente al Ministerio de Salud Pública. Le exigieron vestir con ropa masculina y no utilizar accesorio alguno que pudiera feminizar su cuerpo, incluso debía esconder el cabello con una gorra.
En su denuncia, Kiriam alegó que se trataba de una violación de los artículos 41 y 42 de la Constitución de la República de Cuba, los cuales expresan que el Estado cubano reconoce y garantiza la igualdad y no discriminación porque todas las personas son iguales ante la ley.
La denuncia fue enviada a la coordinadora de la Red Transcuba —red comunitaria que orienta y fomenta espacios de acompañamiento, atención, consejería y apoyo a las personas trans, parejas y familiares que cuenta con el acompañamiento técnico del Cenexex— de su área y la respuesta que recibió fue que la coordinadora tenía a su madre con dengue.
«Hago público este acto discriminatorio, de odio y transfobia. Pidiendo que llegue a las instancias pertinentes, sea de conocimiento público y pidiendo apoyo a la comunidad LGBTIQ. Las personas trans existen, tienen derecho a un trabajo digno y que sean respetadas sus identidades», solicitó Kiriam.
Sin embargo, el Cenesex publicó una nota en su página de Facebook en la cual afirmaba que la víctima reconoció que no la separaron de su puesto laboral y clasificó el hecho de manipulación mediática, aun cuando admitió la discriminación sufrida por identidad de género y la necesidad de realizar acciones de capacitación para evitar este tipo de conductas. En un acto de desacreditación hacia el activismo independiente por los derechos de la comunidad LGBTIQ alegaron que el «Cenesex repudia la actitud de quienes escudados en un supuesto activismo para la defensa de los derechos [LGBTIQ] forman parte de campañas de desinformación en plataformas mediáticas que operan contra Cuba».
Activistas y personas trans continúan demandando la incorporación de planes educativos sobre sexualidad e identidad de género, campañas públicas permanentes en contra de la discriminación y dotar de mayores herramientas a las instituciones encargadas de proteger los derechos humanos, y programas de inclusión social en el ámbito educativo, laboral y de salud.
La transfobia es el miedo, el odio, la desconfianza, incomodidad o no aceptación de las personas transgénero, consideradas transgénero o cuya expresión de género no se ajusta a los roles de género tradicionales.