Fidel Castro y dictador español Francisco Franco
LA COMIDA FAVORITA DE LOS TIRANOS Y DICTADORES
Adolf Hitler, Fidel Castro, Stalin, Benito Mussolini, Sadam Hussein, Mao Zedong, Francisco Franco... estos eran los platos, postres o bebidas favoritas de los dictadores y tiranos del siglo XX y XXI.
El dictador comunista Fidel Castro, que dirigió Cuba desde 1959 hasta 2008, era un fan de los lácteos y los helados. Tanto que mandó construir Coppelia, la famosa heladería de La Habana que a día de hoy sigue en pie. También le gustaba la sopa de vegetales y los espaguetis.
Francisco Franco (España)
Al dictador español Francisco Franco, que mandó en el país entre 1939 y 1975, le gustaban mucho la merluza y el lenguado, según los menús desvelados sobre lo que le servían en el Palacio del Pardo. En cuanto a la carne, su favorita era la ternera. También era muy aficionado a la sopa al cuarto de hora, que se elabora con pescados y marisco. En cuanto a los postres le encantaban la crema de limón y el monte nevado, elaborado con huevos y leche.
Al dictador iraquí Sadam Hussein (presidente entre 1979 y 2003) le encantaba el pescado, su almuerzo favorito, acompañado de arroz. Para desayunar quería huevos duros y yogurt. "Para cenar a veces se preparaba él mismo carne a la barbacoa", según desveló uno de sus cocineros, Karim Toma. También era un enamorado de las dolmas, suculentas hojas de parra rellenas de cebolla, berenjena, calabaza, carne, arroz, salsa de tomate, ajo y aceite. Y tenía una debilidad, los caramelos Quality Street.
Benito Mussolini (Italia)
El líder fascita Benito Mussolini, presidente de Italia entre 1922 y 1943, no era un apasionado ni de la pasta ni de los espagueti. Lo que más le gustaba eran ajos fritos marinados en aceite y limón, un tipo de ensalada a la que Il Duce atribuía beneficios para su corazón.
Saloth Sar, más conocido como Pol Pot, fue un dictador camboyano (entre 1975 y 1979) y líder de los Jemeres Rojos a quien se le atribuye el genocidio de dos millones de compatriotas. La ensalada de papaya al estilo tailandés con cacahuetes y salsa de pescado era el plato favorito de Pol Pot, según Yung Moeun, su cocinera y asistente. También le gustaban los platos vegetarianos.
Idi Amin fue dictador de Uganda entre 1971 y 1979. Admitió que le encantaba la carne, pero la humana no porque era demasiado salada. Su cocinero personal, Otonde Odera, confirmó que le gustaba el pollo, el cerdo y la carne de cabra, a ser posible rellenas con arroz, verdura y hierbas. También se atiborraba a naranjas.
Nicolae Ceausescu, dictador de Rumania entre 1967 y 1989, cuando fue ejecutado. Su comida preferida era el estofado hecho con un pollo entero y patatas. Además, le gustaba llevar su propia comida a las visitas y reuniones con otros dictadores de la órbita comunista.
Enver Hoxha, dictador comunista albanés entre 1944 y 1985, era diabético. 'Mister K', su cocinero personal, desveló que le preparaba menús de entre 1.200 y 1.500 calorías diarias, es decir, casila mitad de lo recomendado en un varón sano. Agentes secretos buscaban alimentos preparados en granjas colectivizadas. Su cocinero le preparaba algún postre con edulcorante porque comer “le ponía de buen humor” y así evitaba fusilamientos.
El dictador Muamar Gadafi, que gobernó Libia entre 1969 y 2011 (cuando fue asesinado), sufría flatulencia crónica, por lo que se vio forzado a renunciar a su bebida preferida, la leche de camello. También le encantaba el cuscús con carne de camello y los macarrones.
El comunista Mao Zedong gobernó China de forma dictatorial entre 1949 y 1976. Su plato favorito era el Hong Shao Rou, panceta de cerdo estofada. Mao tenía gustos gastronómicos exquisitos, tenía granjas especiales, bebía el té Dragon Well, considerado el mejor de China, y le enviaban pescado y arroz desde diferentes puntos del país cuidados escrupulosamente.
A Iósif Stalin, dictador de la URSS entre 1922 y 1952, le encantaba la gastronomía de su tierra natal, Georgia. Lo que más, el stavisi, un pollo preparado con salsa de nueces. Pero lo que más le gustaba era prolongar las sobremesas con abundante vodka.
El líder nazi Adolf Hitler sufría flatulencia (como el libio Gadafi), por lo que se volvió vegetariano por necesidad. No obstante, sus secretarias desvelaron que se saltó en varias ocasiones la dieta para comer su plato favorito: paloma rellena con nueces, lengua, hígado y pistachos. También le gustaban las albóndigas de hígado.
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