"¿Cuánta gente hay que matar?",
pregunta ese ministerio
que ha sembrado un cementerio
en el venturoso mar.
Quienes se quieran lanzar
a esa larga travesía,
recuerden que en la bahía
siempre vigila un chivato
que hará sonar el silbato,
y vendrá la policía.
¿ Cuánta gente hay que matar
para que Estados Unidos
vea lo comprometidos
con la crueldad ejemplar
que en la junta militar
se encuentran los generales?
¿No han visto los tribunales
que sentencian a la gente
–que ha gritado lo que siente–
a condenas infernales?
¿ Cuánta gente hay que matar?
¿Cuánta sangre ha de correr?
¿Cuántos muertos hay que ver
sobre las olas flotar?
Quienes se hagan a la mar
para huir de la indolencia,
sepan que no habrá clemencia,
no tendrán puente de plata,
porque el ñame con corbata
colma su sed de violencia.
¿ Cuánta gente hay que matar?
¿Cuanta violencia impensable
perpetrará la execrable
dictadura militar
que ha embestido en alta mar
a una embarcación que huía
del castrismo y su manía
de cultivar el terror
con un cuerpo represor
que mata a la luz del día?
¿ Cuántos muertos hacen falta
para que quede bien claro
que Cuba está en desamparo?
Aunque el régimen exalta
su propaganda con su alta
capacidad de cinismo,
la Isla va rumbo al abismo
de un Estado de terror,
pero el cuerpo represor
sigue aplaudiendo al castrismo.
¿ Cuánta gente hay que matar
para que este pueblo entienda
que solo hay una contienda
que la junta militar
esté dispuesta a entablar?
¿Hasta cuándo el buche amargo
va a prolongar el letargo
de este país malnutrido?
Ya verás como el Partido
vuelve a culpar al Embargo.
¿ Cuánta gente hay que matar
para que esa Ley de Ajuste
se elimine, aunque les guste
a quienes sueñan llegar
sea por tierra o por mar
o por aire a otro futuro?
No los pongan en lo oscuro
a morir en la embestida
contra la patria y la vida
del amigo de Maduro.
14YMEDIO....ALEXIS ROMAY