El cantautor cubano Pablo Milanés será
enterrado en el cementerio de Las Rozas, cerca de Madrid
Mientras el régimen despliega su Policía para coartar un homenaje en un parque de La Habana, sus amigos lo despiden en Madrid. “Pablo es la voz que dice que todo fue un sueño, pero el sueño fue hermoso, aunque fuera un engaño”.
Cientos de personas se acercaron este miércoles a la Casa de América de Madrid, donde fue instalada la capilla ardiente de Pablo Milanés, fallecido la madrugada del martes. El músico, confirman fuentes familiares, será enterrado cerca de la capital española, en el cementerio de Las Rozas.
A los pies del féretro, instalado desde las 10:30 hasta las 15:30, habían depositado numerosos ramos de flores, blancas en su mayoría. El salón Cervantes de la Casa de América se encontraba asimismo enmarcado por una decena de coronas de flores, algunas enviadas por compañeros de profesión, como Joaquín Sabina o la discográfica Universal Music, y otras por políticos, como Podemos.
La gente hizo cola por la entrada principal del edificio, en la céntrica Plaza de Cibeles, desde primera hora, a pesar de ser una mañana fría y nubosa. Numerosos artistas y periodistas cubanos exiliados en Madrid, como Yunior García Aguilera, Dayana Prieto, Luz Escobar, Julio Llópiz-Casal, Yanelis Núñez o Laura Tedesco, hicieron acto de presencia.
El embajador de Cuba en España, Marcelino Medina, también se acercó a Casa de América, donde atendió a la prensa. Milanés "fue uno de los fundadores de la Nueva Trova, ese movimiento de compositores jóvenes que con la Revolución irrumpió en un escenario con canciones que son hoy símbolo de toda una generación, pero que también fue acogida con gran respeto, con gran admiración por las generaciones más jóvenes actuales", dijo el diplomático.
A la pregunta de si habría algún homenaje oficial en Cuba, Medina respondió: "No tengo información al respecto". De igual manera, sobre la posibilidad de que el músico sea enterrado en España, expresó: "es una voluntad personal que hay que respetar".
El cantautor cubano, una figura universal, falleció a los 79 años tras varias semanas hospitalizado por varias infecciones producto de su enfermedad. Milanés sufría un tipo de cáncer –síndrome mielodisplásico– que disminuía su respuesta inmunológica y para cuyo tratamiento se trasladó hace cinco años a España.
Este martes, en la Isla, el Gobierno quiso acaparar cualquier tipo de homenaje al artista, quien en los últimos años había roto abiertamente con el régimen.
A la misma hora en que todas las portadas de la prensa oficial cubana se llenaban de inusitadas loas a Pablo Milanés, los varios actos organizados en su memoria en La Habana eran fuertemente vigilados por la Seguridad del Estado.
Los alrededores del parque de H y 21, en El Vedado, donde un grupo de admiradores había difundido que se reunirían para honrar la memoria del artista cantando sus canciones a partir de las tres de la tarde, se encontraban custodiados por un operativo policial.
Agentes de la Seguridad del Estado de civil sentados y dispersos por los bancos, motocicletas dando vueltas al lugar, e incluso un guagua de las que usa la Policía para cargar gente o llenar de tropas de choque, daban a entender que, si permitían algún acto, no iban a dejar que se hiciera con plena libertad. Finalmente, poco más de 30 personas se atrevieron a hacer acto de presencia y colgaron una bandera cubana en el kiosco situado en el centro del parque.
Mientras tanto, la familia del trovador convocó a amigos y admiradores a firmar un libro de condolencias en el que fue el estudio de grabación de Milanés, en calle 11, entre J e I, también en El Vedado.
En él no se observaban muchos espontáneos, pero sí periodistas oficialistas y medios afines al régimen, como Telesur. Una mujer desconocida no dejaba de hacer fotos a todos los presentes.
Al igual que el parque de H y 21, la zona se encontraba con fuerte vigilancia. "No puedes ni rendirle tributo tranquilamente a un gran artista que ha muerto", protestaba entre dientes una joven que se acercó a dar el pésame a los allegados del músico.
El operativo, donde incluso hizo acto de presencia, disimuladamente, René González, uno de los "cinco espías", según acreditó 14ymedio, se extendió también al Pabellón Cuba, sede de la Asociación Hermanos Saíz, en La Rampa, donde el Ministerio de Cultura organizó un tributo a Pablo Milanés.
Ningún allegado fue a la "cantata" oficialista, difundida en redes sociales por perfiles
Considerado embajador cultural de la Revolución Cubana, Milanés comienza a distanciarse, a inicios de los 90, de las políticas del régimen.
A diferencia de otros intelectuales de la isla, se negó a firmar una carta de apoyo a los fusilamientos, decretados en marzo de 2003, contra tres cubanos que intentaron abandonar el país, y más tarde apoyaría el Manifiesto de la Sociedad Civil cubana, a raíz de la violenta represión desatada tras el levantamiento popular espontáneo del 11 de julio de 2021 en varias ciudades de la isla.
Entre las últimas voluntades del cantautor no estaba ser repatriado a Cuba
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