INGLÉS PARA DICTADORES
ALEXIS ROMAY
En un viaje de visita
de la junta militar
por el Caribe insular,
abrió esa boca maldita
el sátrapa —el sibarita,
el de la panza gigante,
el delfín del Comandante—
y dejó claro en inglés
que no sabe decir "yes"
y no hay pueblo que lo aguante.
"Amor con amor se paga",
dijo, hace tiempo, el poeta
que fue apóstol: el profeta
cuya lumbre no se apaga.
Pero el castrismo —esa plaga
que se inició con Fidel—
hoy vive en Díaz Canel,
con su clan de represores,
su inglés para dictadores
y su despotismo cruel.
Pronunció tres oraciones
Puesto-a-dedo en su visita.
El de la panza infinita
ignoró conjugaciones,
pausas y pronunciaciones
de palabras en inglés
y, creyéndose marqués
de la finca que ha heredado,
celebró el terror de Estado
y su vida de burgués.
Dijo que las Granadinas
por siempre podrán contar
con la junta militar
que esconde tras bambalinas
intenciones asesinas
contra el pueblo irreverente.
Dijo que era presidente,
aunque nadie lo ha elegido
y habló el inglés del Partido
que venera a un delincuente.
Dijo "solidaridad"
el de la orden de combate.
Dijo más de un disparate,
y no dijo la verdad.
Mintió hasta la saciedad
y mendigó por deporte
ese bufón de la corte
que come carne de res.
Díaz Canel no habla inglés,
¡y no lo habla su consorte!
Dijo en su inglés de corral:
" Loff can onli bi ripey
güid loss". Lo aplaudió la grey
amiga del General.
El del cuerpo de tamal
ya no sabe qué inventar
en aras de mendigar.
Por eso se fue de viaje,
y se llevó de equipaje
a su junta militar.
Temblé una vez de la risa,
pues el ñame con corbata,
metió de nuevo la pata
cuando le dieron la visa
y aprendió el inglés de prisa
para irse hasta San Vicente
y las Granadinas. Gente:
qué vergüenza nacional
el delfín del general,
el pichón del delincuente.
AUTOR ALEXIS ROMAY