Al no haber NT en siglo I ¿cómo disertaban y defendían su fe los apóstoles y primigenios cristianos?
¿Es que Pablo usó en las sinagogas ante los eruditos judíos sus epístolas o el evangelio según Juan para demostrar la divinidad de Jesús?
Hechos XVII, 1-4: “Atravesando Anfípolis y Apolonia llegaron a Tesalónica donde los judíos tenían una sinagoga. Pablo, según su costumbre, se dirigió a ellos y durante tres sábados discutió con ellos basándose en las Escrituras, explicándolas y probando que Cristo tenía que padecer y resucitar de entre los muertos, y que ‘este Cristo es Jesús, a quien yo os anuncio’. Algunos de ellos se convencieron y se unieron a Pablo y Silas como una gran multitud de griegos que adoraban a Dios y no pocas de la mujeres principales”.
10-12: “Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres”.
Lucas XXIV, 13-27: “… Entonces él les dijo: ¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”.
Juan V, 45-47: “No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?”.
Estos pasajes son la evidencia contundente (?) que para demostrar la mesianidad de Jesús de Nazaret, Jesús y compañía usaron el AT o Tanaj judío, y NO el inexistente NT.
Esto no elimina del todo el uso de NT, sin embargo, si lo restringe como prueba secundaria y no primaria como lo es el Tanaj para demostrar que Jesús es el Mesías o Dios mismo.
Razones a priori
Parece que al común de cristianos, principalmente los para-protestantes, les pasa inadvertido el defecto tautológico que adolecen al argüir sobre la deidad en Jesús. Usan los libros y pasajes del NT tan expedita como si fuera un hecho que los paganos los admitieran igualmente valederos. Cuando no es así. Saben perfectamente que es un error no considerar el objeto y destinatario de los textos.
Sin entrar en demostraciones rigurosas, es necesario responder sobre la naturaleza de los textos para valorar apropiadamente el uso de los pasajes al momento de la argumentación.
- ¿A quién se cree estaba dirigido el evangelio según Juan?
- ¿Cuál se cree que era su propósito?
- ¿Cuál era el propósito de las cartas paulinas?
- ¿Y el de las otras epístolas?
- ¿Y el de los sinópticos y los Hechos?
Se insiste que no es el momento de lucubrar minuciosamente. Y al margen de esta advertencia, en general se admite que el evangelio según Juan estaba dirigido a cristianos de origen gentil. Con el propósito de revelar a esos neófitos gentiles la verdadera naturaleza de Jesucristo como el unigénito de Dios. Y no a los escépticos o doctos judíos. Esto restringe el valor global de este evangelio como evidencia argumentativa a favor de la deidad en Jesús. Quizá sea de uso cristológico entre cristianos, pero no como recurso teológico entre paganos. Pues tal acto sería desde un principio parcial y ventajoso; absurdo y tautológico. Por ejemplo en Jn I, 1 el autor hace una declaración dogmática, no una demostración. Declaración que es lógica para creyentes, no para paganos. Y obvio que Pablo no la usaría en una sinagoga como prueba cristiana.
Las cartas paulinas son cartas, de orden fraternal y doctrinal. Y no rigurosas demostraciones teológicas. Al igual que la literatura joánica, es militante, no proselitista. Por lo mismo poseen un mayor valor cristológico para creyentes, que teológico para paganos.
La carta a los Hebreos origina inquietudes sobre su origen, autor y finalidad. Aunque en un principio se cree que estaba dirigida a “los hebreos”, quizá levitas conversos de Judea, incluso hay quien ha sugerido a los esenios. Carece de ecuanimidad y objetividad proselitista, pues desde su comienzo da por hecho que Jesús es el Mesías Hijo de Dios SIN demostrarlo. Hace declaraciones cristológicas, más que demostraciones teológicas o históricas sobre Jesús.
Por tanto, en global no es válida como evidencia argumentativa a favor de la deidad en Jesús.
El resto de epístolas también adolecen ser militantes, por donde, parciales.
Los sinópticos como los Hechos, son textos con mayor proselitismo que militancia. Lo que los convierte en los textos que en global pueden ser usados válidamente en la argumentación a favor de la deidad en Jesús. Y el resto de literatura del NT debe usarse con cierta cautela en los pasajes particulares que sirvan de evidencia.
Y al usarse de acuerdo al tema anterior, deben ser de orden secundario, como lo hizo Pablo, como lo hizo Jesús. Pues al no ser testigos presenciales del ministerio, los cristianos contemporáneos, solo queda apoyarse en esas “biografías”.
Por donde y por lo tanto, sabiendo que para demostrar que Jesús es Dios o el Mesías se debe dar prioridad al AT, que la incredulidad de sus parientes y discípulos rechazan la idea que hayan creído la divinidad de su santo maestro antes de Pentecostés y las pruebas directas, demuestran que Jesús no es Yahveh Dios, ni trino ni triforme, ni de ninguna otra forma.
Su investigador contrito, W.